70 Recetas Para Triunfar En La Vida – Parte VI

Setenta Recetas Para Adquirir Una Gran Personalidad Y Triunfar En La Vida – Parte VI
Por D. Schwartz


51- Quiere no aburrirse? no deje ningún día sin plan fijo de lo que quiere hacer. Cuando un día estamos sin plan fijo se nos pasan las horas vagamente y hasta nos alegramos de que se acabe el día. Pero cuando tenemos algo fijo y determinado para hacer, entonces parece como que las cosas se van haciendo a sí mismas. Por eso, para realizar algo, debemos hacer planes de lo que vamos a hacer.

Si usted hace planes, está presionando hacia el éxito, y realizará con mucha facilidad lo que se ha propuesto realizar.

El vivir cumpliendo un plan para conseguir una meta que se ha propuesto adquirir, puede conservar joven una persona hasta los 80 años.

52- Tenga cuidado para no herir los sentimientos de nadie. Nunca hacer que otros se sientan pequeños o desconcertados. Alabe siempre lo bueno que hacen los demás. La felicitación es siempre el más grande incentivo que usted puede dar. Si tiene que corregir hágalo en privado, nunca en público, porque eso humilla, y usted no tiene derecho a rebajar a otro ni siquiera en un solo grado delante de los demás. Y después de corregir, vuelva a alabar por los aspectos buenos, y anime a ser mejor. Se lo agradecerán para siempre. La mayor parte de la gente que obra mal, lo hace más por debilidad que por maldad, más porque no se dieron cuenta de que aquello no debía hacerse así, que por voluntad expresada de hacer lo que no se debe hacer. Que de usted se pueda decir lo que de San Ricardo, rey de Inglaterra, comentan los que con él vivieron: "Ni siquiera al más humilde e ignorante de sus sirvientes le hizo jamás una corrección con palabras duras o humillantes".

53- Hágase grande, pensando en grande. Nunca cometa el crimen de la autodepreciación. Recuerde: usted es mucho mejor de lo que cree que es. Reconozca sus valores. Eso no es orgullo. San Agustín repetía que la humildad es la verdad, o sea, reconocer nuestros valores, que son muchos.

Use palabras brillantes, alegres, optimistas, palabras que prometan victorias y alegrías. Esto rejuvenece el ánimo. La próxima vez que le pregunte cómo está, responda emocionado: "Muy bien, gracias a Dios". Cómo le va en su trabajo? Fantásticamente! Que tal es el oficio que tiene? Formidable! Hable así siempre, y verá que se cumple en usted lo que decía Roosevelt, el presidente: "Cada vez que pienso con optimismo y hablo con palabras de alegría, siento en mi espíritu nuevas fuerzas para triunfar"

Evite las palabras que crean imágenes de fracaso. No olvide que el fracaso no existe sino en la mente. El fracaso no existe en los planes que Dios hizo para usted. El fracaso no existe en las cosas ni en las otras personas. El fracaso sólo puede existir en la mente de usted. Aléjelo pensando que lo que está haciendo sí es importante y que "aunque fuera posible que una madre olvide a sus hijos, nunca será posible que Dios abandone a los que en El confían (Isaías).

54-  Crea que puede ser hecho. Creer que una cosa puede ser hecha coloca a la mente en movimiento para encontrar soluciones para hacerla. En una ciudad, veinte técnicos se reúnen para estudiar este tema: "Será posible acabar con los vagos?" Y nada nuevo se les ocurre. De pronto uno cambia el tema de la reunión. "Pensemos más bien en esto, qué soluciones daríamos para acabar con los vagos?", y se les ocurrieron 78 soluciones, que fueron de gran provecho para la ciudadanía. Creyeron que algo podía ser hecho.

Cuando usted cree que sí es posible, su entendimiento encuentra los modos de hacerlo. Si cree que algo puede ser hecho, su mente se va atrabajar para conseguirle cómo obtenerlo. Creer que una cosa puede ser hecha pavimenta el camino para llegar a soluciones creativas. Creer que una cosa no puede ser hecha, es un pensamiento destructivo.

Si usted cree que puede encontrar medios de hacerse agradable a los demás, los podrá encontrar. Si cree que podrá encontrar soluciones a sus problemas personales, las encontrará.

William James, el gran sabio de este siglo, dice: "El más importante descubrimiento del siglo veinte es que CADA UNO PUEDE MEJORAR Y TRANSFORMAR SU VIDA SI CAMBIA Y MEJORA SU ACTITUD MENTAL”.

Y añade: "Por qué muchos obtienen tan poco, y pocos obtienen tanto en la vida?". Obtienen poco los que tienen una actitud negativa.

Es nuestra actitud ante la vida, lo que determina la actitud de la vida hacia nosotros.

Mientras usted no cambie su actitud negativa, su vida no cambiará.

Cristo dijo a sus amigos de todos los tiempos: "Los he destinado a todos ustedes a que obtengan frutos, y sus frutos sean abundantes. En esto será glorificado Dios: en que ustedes obtengan muchos frutos" (S.Juan 15). Así que, cuando creemos que los demás, y sólo los demás, pueden obtener éxitos, estamos dudando de una gran promesa de Cristo hacia nosotros.

55- Ponga todo su interés en todo lo que hace. Los resultados vienen en proporción al entusiasmo. Entusiásmese por lo que hace y verá qué facilidad obtiene para realizarlo. Secreto para adquirir entusiasmo por un tema: ahondar en él, estudiarlo.

Averigüe datos acerca de la obra que usted hace, de la empresa en que trabaja. Quiere adquirir entusiasmo acerca de una localidad? Aprenda todo lo que pueda, acerca de ella. Verá que le fascina. Mézclese con la gente. Hágase uno de aquel lugar, y se entusiasmará.

Recuerde: Nunca se hicieron cosas importantes sin entusiasmo. Cuando dé un estrechón de manos, estréchelas de verdad. Cuando aplauda, hágalo sonoramente y no con desgano, que eso desanima al aplaudido. Cuando responda al teléfono, hágalo con un "Hola!" que entusiasme al que está al otro lado de la cuerda. Sonría con los ojos. La gente quizá no mira a sus dientes, pero sí se impresiona con su mirada alegre y cariñosa. Acaricie con su mirada. Los santos y las grandes personalidades de la virtud eran muy severos y se abstenían de acariciar con sus manos, porque sabían que eso debilitaba enormemente la pureza de costumbres y la voluntad, pero siempre acariciaban con su mirada: o sea, sabían mirar el rostro de las personas con una amabilidad, bondad y aprecio, tan agradables, que la caricia de sus ojos proporcionaba mucha mayor felicidad que todas las demás.

Sus "buenos días" son realmente buenos? Sus felicitaciones son entusiastas? El "cómo está", revela de veras interés? Un discurso pronunciado con entusiasmo puede ser recordado por muchos años, pero un discurso dicho sin entusiasmo será olvidado días antes de la próxima semana.

Un "gracias" frío no gusta a nadie. No significa nada. Que su "gracias" sea tan entusiasta que signifique "muchas gracias".

56- Si no puede contar buenas noticias, no cuente noticias, esparza buenas noticias. Un día salieron a pasear la mosca y la abeja. La mosca fue al basurero y recogía millones de microbios en sus patas y fue y los depositó en los alimentos de la familia, infectando a todos. La abeja en cambio iba de flor en flor recogiendo polen y néctares, y fue esparciendo fecundidad en las plantas y trajo rica miel para los humanos. Así, cada mañana hay personas "moscas" que buscan en la prensa y la radio y el corrillo todo lo triste, lo mafioso, lo que oprime, y lo cuentan a los demás, llenando el ambiente de ponzoñosa inquietud. En cambio, otros recogen lo positivo, lo que anima (que siempre es mucho más que lo negativo) y de ello hablan, llenando el ambiente de alegría y paz.

San Pío C, cuando era joven, estableció una multa en el comedor para el que hablara de cosas tristes o preocupantes durante la comida. Era una multa de $10 para ir consiguiendo drogas para las úlceras que se forman en el estómago de quienes oyen durante la comida noticias alarmantes. Esto lo hacía con mucho sentido del humor, pero sí tenía razón en ello!

A veces oímos a la gente decir: "Traigo buenas noticias" Esto llama la atención de todos, y no sólo llama la atención sino que agrada a la gente, produce entusiasmo, favorece la digestión y proporciona sueño pacífico. Por eso cuente buenas noticias a la familia, a los amigos. Eso es como un rayo de sol en la vida de los oyentes, y neutraliza el mal efecto de las noticias tristes.

Esparza buenas noticias acerca de cómo se siente usted de salud, de trabajo, de amigos, de... Los niños nunca hablan de mal tiempo, de polución ambiental, de vida cara, de futuras guerras...y el Divino Maestro enseño que "hay que hacerse como los niños".

La gente goza al verse rodeada de personas que hablan de lo que alegra y no de lo que entristece.

57- Todo mundo desea ser importante. Lo estimen importante es uno de los deseos más fuertes y constantes de la persona. Demuéstreles a los demás que los considera personas importantes, personas que valen mucho. Le retornarán este favor amándolo más y demostrándole a su vez estimación.

No sea jamás de esas personas que van diciendo con su trato despectivo: "Usted no es nadie, no tiene importancia, no significa absolutamente nada para mi". Esas personas que no se interesan por los demás, son las que cosechan todos los fracasos en su trato con la gente.

Muchos miran a otra persona y piensan: "No puede hacer nada por mí, luego no es importante". Eso es egoísmo rastrero y miserable. En cambio el cristiano piensa "todo el bien que yo hago a esta persona lo recibe Cristo como hecho a El mismo, porque así lo prometió": "Todo lo que hicisteis aun al más humilde, a Mí me lo habéis hecho" (S.Mateo 25,40). Ese era el secreto de San Fancisco S. el cual, a uno que se admiraba de por qué lo trataba con tantísimo respeto y cariño, siendo que de él no iba a obtener favores ni regalos, le respondió: "Es que yo sé que todo lo que hago a una persona me lo recibe Cristo como hecho a El". Haga que la otra persona se sienta importante. Este es un secreto fabuloso para el éxito social. Déjele creer que esa idea es de ella. Salúdele siempre por su nombre. Interésese por lo que habla y por sus asuntos. Cuando usted ayuda a los demás a sentirse importantes, se está ayudando a usted mismo, porque ellos le devolverán su actitud y le considerarán también importante a usted.

La gente desea estar segura de que está haciendo una buena labor. Que es importante. Por eso no crea que prodigar alabanzas debe hacerse sólo en grandes circunstancias. Ha que hacerlo toda la vida.

No pierda tiempo clasificando a las personas en importantes y no importantes. Todas son importantes. Si las clasifica como de segunda clase, obtendrá efecto de segunda clase.

La alabanza es poder. Difúndala entre los demás. Salomón decía: "Una palabra amable vale más que mil regalos".

58- En nueve de cada diez casos el factor don de gente es importantísimo para el éxito. Su capacidad para entenderse bien con los demás es fuente de éxitos para el futuro. Busque el apoyo de los demás. Quizás el único muro que lo está separando a usted del éxito es el apoyo de las otras personas.

Practique el ser servicial. Dé a la gente más de lo que usted desea obtener. Sabe por qué la gente no lo trata a usted con más cariño? porque usted no está haciendo nada especial para demostrarles aprecio y afecto. Llevar una rosa, unos dulces, invitar a un paseo... Dedique tiempo a los seres que ama.

Cada amigo que hacemos eleva nuestra vida un grado más y cuanto más simpáticos seamos, más amigos tendremos.

Se sorprenderá al ver que mucha gente que triunfa tiene un plan, inclusive escrito, para agradar a los demás.

Carter, presidente norteamericano, en su mesa de trabajo tenía siempre dos libros "la Biblia para entenderme bien con Dios, y un curso de relaciones humanas para entenderme bien con mis prójimos. Si vivo en paz con Dios y con mis semejantes, todo resultará bien".

No se disguste por pequeñeces. Este consejo cambió totalmente el carácter agrio de un gerente, en un modo de ser muy agradable. Porque muchas veces nos disgustamos por cosas que no se merecen una cólera. Recuerde: no se disguste por pequeñeces.

Estúdiese para lograr que los elementos ásperos sean alejados de su personalidad. Nunca malogre una oportunidad para decir una palabra de enhorabuena por una buena realización de otra persona.

"Tanto más pequeña es su personalidad, cuanto más pequeñas son las cosas que le hacen disgustarse" (San Agustín).

59- Especialícese en ser simpático. La gente grande, aquéllos que llegan a la cúspide, se esfuerzan por ser humanos, afectuosos. Se especializan en ser simpáticos.

Uno decía: "En 25 veces que hablé con cariño, recibí 25 respuestas positivas".

Hay que buscar alguna razón por la que esa persona me puede simpatizar. Si construyo una agradable imagen de ella en mi mente, antes de hablarle, le trataré con amabilidad. Si logro que la otra persona me caiga simpática, tarde o temprano también le simpatizaré yo. Y aceptará lo que digo, porque soy su amigo.

Un negociante triunfó practicando este lema: "Los clientes deben ser tratados como si fueran huéspedes de mi hogar. Si yo fuera el huésped, cómo desearía que me trataran?”

Mostrar cortesía ayuda a conservar la calma. Por ejemplo en una discusión: si trato con todo respeto, conservaré mi dominio. La cortesía es el tranquilizador más poderoso que existe en el trato con los demás. Practíquela y verá el sentimiento grato que va a experimentar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario