EL SILENCIO DE LA TIERRA

Y resultó que en el silencio del Universo, se oyó un sonido y apareció un nuevo planeta llamado Tierra. Era el planeta más bonito formado hasta el momento. De tonalidades azules, todo él era una fuente de vida navegando silencioso alrededor de un único Sol.

Al cabo de un tiempo aparecieron en él los primero signos de vida. Una vida primitiva, sonora y sorprendente que llenaba todos los espacios y llegaba hasta el último rincón de la tierra y mares del planeta. Era la primera vez que se rompía el silencio y aunque la Tierra no sabía muy bien qué hacer, permanecía como una madre con un recién nacido, observando, paciente y en silencio.Tiempo después, esta vida primitiva fue evolucionando, apareciendo seres cada vez más complejos, inteligentes y sonoros. Aparecieron los hombres. Todo se llenó de ruido y de movimiento y estos seres poco a poco fueron cambiando la Tierra, mientras ésta les alimentaba como una madre y permanecía observando, paciente y en silencio.

Los hombres cada vez eran más y necesitaban más comida, más energía, más recursos y empezaron a remodelar toda la Tierra y a contaminarla. Talaron árboles, vertieron sustancias tóxicas, masacraron al resto de los seres… No se daban cuenta que al final pagaban las consecuencias pues las tierras se fueron desertizando y las cosechas eran cada vez más escasas. Mientras, la madre Tierra permanecía en silencio, observando su evolución y sin hacer nada al respecto. Quería ayudar pero ella confiaba en sus hijos los hombres.

Después de la tierra pasaron al mar, acabaron con la mayoría de las especies marinas y contaminaron todas las aguas del planeta. Lo hacían para obtener más beneficios pero no se daban cuenta de que poco a poco iban acabando con su futuro: “pan para hoy y hambre para mañana”. Mientras, la madre Tierra permanecía en silencio, observando su evolución y sin hacer nada al respecto. Quería ayudar pero ella confiaba en sus hijos los hombres.

Todo este desequilibrio hizo que cambiaran los ecosistemas y alteraron el clima. Esto acarreó consecuencias como tormentas, huracanes, tornados, sequías… como nunca antes había habido. Las aguas se contaminaron, las tierras se desertizaron, el aire se volvió irrespirable y poco a poco las condiciones de vida para los hombres fueron de mal en peor. Los recursos energéticos, agua y comida escaseaban cada vez más y las guerras por el control de dichos recursos eran cada vez más numerosas y más cruentas. Cada vez más hombres morían debido al hambre, guerras y contaminación por lo que tuvieron que hacer algo al respecto. Crearon un espacio artificial protegido, una especie de burbuja donde poder guarecerse de las inclemencias del clima y de las enfermedades. Pero ahora las guerras se intensificaron pues todos querían estar protegidos dentro de la burbuja. Mientras, la madre Tierra permanecía en silencio, observando su evolución y sin hacer nada al respecto. Quería ayudar pero ella confiaba en sus hijos los hombres.

Fueron pasando los años y toda vida fuera de la burbuja fue muriendo. Habían desaparecido la mayoría de las especies vegetales y animales y los pocos hombres que quedaban dentro de la burbuja llevaban una vida totalmente aséptica y artificial. Los niños no sabían cómo eran los animales, sólo los habían visto en películas. No sabían cómo era el océano o un cielo azul. Los hombres se dieron cuenta de que ese tipo de vida no era natural y les generaba tristeza y soledad. Echaban de menos algo, aunque no sabían qué era. Creían que dentro de su burbuja artificial todo sería perfecto y maravilloso, pero su alma estaba triste. Esa no era la vida que ellos deseaban llevar. En el fondo de su alma algo les decía que debían recuperar lo perdido. Esa tristeza que sentían dentro les estaba matando poco a poco, pues dejaba sin sentido a sus vidas. Algo tenían que hacer sino desaparecerían, pues la burbuja no les protegía de esa tristeza interior. Mientras, la madre Tierra permanecía en silencio, observando su evolución y sin hacer nada al respecto. Quería ayudar pero ella confiaba en sus hijos los hombres.

Así que por primera vez en mucho tiempo, dejaron a un lado su egocentrismo y empezaron a trabajar todos unidos por un bien común. Era la única forma de sobrevivir. Empezaron a descontaminar la tierra fuera de la burbuja, a limpiar los mares y a proteger a las plantas y animales. Poco a poco se volvieron a generar las condiciones de vida aptas para ellos fuera de la burbuja y pudieron salir fuera a vivir. Un mundo nuevo les estaba esperando, un mundo como les habían contado los padres de sus padres. Un mundo en armonía con la Naturaleza, donde la vida y la belleza se desarrollaba allí donde miraban. Un mundo lleno de color que por primera vez en muchos años les hizo sentir felices y olvidar esa tristeza interior que habían tenido. Los hombres, que eran muy inteligentes, se dieron cuenta de que sus vidas de ellos se desarrollaban en relación con la naturaleza y sólo la Armonía con ella, les podía hacer felices. Cuanto más daban a la Tierra, más recibían. Así que aprendieron del pasado y se pusieron manos a la obra en la construcción de un mundo futuro mejor, sabiendo que su felicidad dependía solamente de ellos y sabiendo que la naturaleza les protegía. Por primera vez sintieron que la Tierra les amaba y que eran Uno con Ella.

Mientras, la madre Tierra permanecía en silencio, observando su evolución y sonriendo. Confiaba en sus hijos los hombres.

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